EL CLUB
DE LECTURA DE FILOSOFÍA
Tras las pasadas vacaciones de Navidad dimos comienzo al Club
de lectura de filosofía del Departamento de Filosofía del IES Aramo en la Biblioteca
“Emilio Lledó” del centro. La intención no es otra que leer y comentar juntos libros
de filosofía.
El gramático latino Terentianus Maurus, en el siglo II,
escribió: “Pro captu lectoris habent sua fata
libelli” (Según la capacidad del lector, los libros tienen su
destino.) Aunque tradicionalmente la cita fue mutilada y entendida,
simplemente, como “cada libro encuentra su destino” o “cada libro encuentra a
sus lectores”.
Aceptaremos
esta interpretación de la cita, ¿por qué no? De alguna manera los libros acaban
encontrándote a ti más que tú a ellos. Pero mucha gente con interés por la
lectura no tiene el hábito de leer obras filosóficas e, incluso, llega a tener
cierto respeto por esos libros que parecen muy difíciles. Piensan, en fin, que
hay que ser un especialista para entenderlos.
Pero
cuando los filósofos se pusieron a escribir no siempre lo hacían para ser
leídos sólo por otros filósofos. Hay una larga tradición de filósofos que han
escrito para un público amplio, si bien con un mínimo de cultura y de capacidades,
pero no especialista en filosofía. Esta tradición ya la encontramos en el
propio Platón con sus Diálogos o en Séneca, Epicuro, Cicerón... Y es
retomada, con gusto literario y voluntad de estilo, por los autores
modernos. Me gusta destacar entre ellos
a los pensadores de la tradición británica desde el Renacimiento (Moro, Bacon, Locke,
Hume, Stuart Mill o Russell) y a muchos franceses (Montaigne, Voltaire,
Rousseau, Diderot, Montesquieu, Bergson) o bien de otros países (Ortega,
Unamuno, Hannah Arendt, William James) que escribían para ser leídos por un
gran público. Aunque siempre hubo filósofos con un lenguaje lleno de
tecnicismos y que exigen mayor preparación para ser leídos, incluso estos
escribieron algunas obras más asequibles. Sólo en el actual mundo
hiperespecializado se ha difundido la idea de que la filosofía es un asunto exclusivamente
académico, lo cual parece haber alejado de la lectura de la filosofía a mucha
gente. Sin embargo, no hace tanto tiempo, entre los intereses de cualquier
persona medianamente culta estaba la lectura de obras filosóficas.
Por
todo ello, ¿por qué no acercar los libros de filosofía a los alumnos y
compañeros del instituto, y a cualquiera que tenga interés por leerlos? Esos
libros que nos hacen pensar también han sido escritos para ellos y son libros
que siguen buscando a sus lectores.
Por
supuesto que un especialista en filosofía leerá las obras filosóficas con más
conocimiento, las leerá de otra manera, podemos decir que las leerá “mejor” o
que su lectura será más válida e informada. Lo mismo ocurre cuando el Quijote
es leído por un hispanista catedrático en alguna Universidad. Pero no por ello
renuncio yo a leer el Quijote ni a leer una traducción de Homero sin ser
especialista ni saber griego. Porque esas lecturas me aportan algo, me
interpelan y me hacen pensar, sin necesidad de escribir una tesis doctoral
sobre ellas. Es importante que los especialistas académicos se dediquen a
estudiar estas obras. Pero si recluimos la filosofía exclusivamente en el mundo
académico la condenaremos a morir o, por lo menos, le haremos perder uno de sus
impulsos más genuinos: hacernos pensar e influir en la realidad. Con ello la
filosofía estará más viva y nosotros saldremos ganando con ello, porque los
clásicos siempre tienen preguntas y perspectivas que pueden enriquecernos.
Con
el club de lectura de filosofía pretendemos reivindicar la lectura de obras de
filosofía por parte de cualquier lector. Por ello las sesiones de puesta en
común de las lecturas no son una clase de filosofía, ni una explicación del
texto, ni son debates en los que alguien intenta “tener la razón” frente a
otros. No buscamos más que compartir una obra y unas reflexiones, conversar sobre
lo leído poniéndolo en común, sin miedos ni complejos, como cuando sin saber
nada de cine uno sale de ver una película y necesita comentarla con otra
persona. Porque compartir el pensamiento, dialogar, es pensar mejor.
Solemos
reunirnos una vez al mes, los lunes por la tarde, siendo variable el número de
participantes que, por cierto, va en aumento. La intención es que este proyecto
tenga continuidad en los próximos cursos. De momento hemos realizado dos
sesiones sobre el libro Identidad y Amistad de Emilio Lledó, y una
sesión sobre el Manual de Epicteto en la edición comentada de Pierre
Hadot, Manual para la vida feliz. La próxima sesión será el 15 de abril
y trataremos el libro de Bertrand Russell, La conquista de la felicidad.
Para la siguiente sesión, el 29 de abril, es posible que leamos La Rebelión
de las masas de Ortega y Gasset. Los propios lectores vamos decidiendo los siguientes
libros a leer, aunque, como moderador, siempre intento que sean clásicos de la
filosofía, más o menos asequibles al lector medio.
Estáis
todos invitados a uniros al Club, a leer con nosotros y a proponer nuevas
lecturas para compartir y pensar juntos. ¡SAPERE AUDE!
Gonzalo
Navarro Colorado
Jefe del Departamento de Filosofía
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